1 2 3 4 5 6
7 8 91011
-M o i l a c a t z o a- 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 2 3 4 5 6 7
T z o m p
o l l i = 22-6-2012
2
+
9
7
= 7
1
2 3 4 5 6 7 8
P o h u a l l i = 8 = Infinito.
T Z A T Z A. ¿Qué pasa con estos símbolos? ¿Qué significan? – No supe por
qué, pero sentí que se me enchinaba la piel.
T Z A T Z A no me
quitaba la mirada de encima, está claro que esa aparición reciente significaba
algo importante.
¡Solimán, estos
símbolos son los mismos que encontró Vicente Mazatl en 1812 en la roca de
Cuanacatlauhtli que tiene más de 52 000 años de antigüedad! Que estamos aquí en
estos momentos indica que son señales de algo importante que sucederá a nivel
planetario y galáctico.
Déjame verlos otra
vez. ¿Qué significan? Me acomodé frente a la roca.
Son las tres
guerreras y el adepto frente al guía, entre todos los símbolos de la roca hay
diversos símbolos del Motzotzohua- La unión sexual de lo femenino y lo
masculino. Tzatza comprendo la dimensión universal de los símbolos que
representan el acto de reproducción de la especie humana.
¡Maravilloso!
Si bien nunca se supo
quién oh que los hacía sobre las rocas del Chichinauhtzin. No me cabe la menor
duda de que estos símbolos son obra de los in tliltic tlacame.
Es sorprendente –le
comenté a Tzatza... Tzatza se llevó el índice de su mano derecha hacia sus
labios, haciendo el mismo gesto de silencio, guardamos silencio y continuamos
caminando.
Tzatza giró por la
vereda lateral que lleva a Xictoni y luego enfilamos a Tzompolli, evitando a la
Xihui Titzime seguimos entre los símbolos de las tres guerreras, Aquetzalli,
Huitzilli y el tercer símbolo se observaba difuso, no distinguí el símbolo, lo
mismo sucedía con el símbolo del adepto estaba difuso. Continuamos caminando de
repente me invadió un miedo terrible que me costaba mucho controlarlo.
Tatza notó mi miedo
y me dijo.
Sentémonos aquí, por favor- te comentaré porque tu miedo. Me tomo del
brazo y con mucha consideración me condujo hasta un cómodo tronco de encina y
se sentó frente a mi. Fijó su vista en mis ojos y, por un momento, fui incapaz
de sustraerme a la fuerza de su mirada.
-Los in Tliltic Tlacame constantemente se acechan a si mismos- aseveró en un tono alentador,
como si quisiera calmarme con el sonido de su voz.
Quise decirle que mi miedo
había pasado y que tal vez había sido causado por mi falta de sueño, pero él no
me dejó decir nada. Me aseguró que ya me había enseñado cuanto debía
saber sobre las tres guerreras y el adepto, pero que yo aún no
había rescatado el conocer la deslealtad y la lealtad. Admití tener la
fastidiosa sensación de estar embotado. Sentía que había algo encerrado dentro
de mi, algo que me hacía dar portazos y patear las piedras, algo que me
frustraba y me ponía miedoso.
-Esa sensación de estar
enfrascado es algo relacionado, con la deslealtad de una guerrera platicadora,
y con la actitud ofensiva del adepto hacia las maestras y con la interrogante
de quien y en donde está la tercera guerrera.
Eso es lo que te hace
acordar de que tienes un vínculo con el intento. Para el guía esa sensación de
deslealtad, de ofensa y la interrogante en donde y cuando aparecerá la tercer
guerrera. Y cuando despertará y será leal la guerrera platicadora. Y la actitud
ofensiva del adepto para con las maestras. Esa deslealtad es tan aguda que crea una presión
inaguantable, justamente por que tu meta es sensibilizar ese vínculo de
conexión hasta hacerlo funcionar a voluntad.
Cuando la presión es
demasiado grande, los guías la alivian acechándose a si mismo.
El acecho es un
procedimiento, simplísimo. Es un modo de conducta especial que se ajusta
a ciertos principios; una conducta secreta, furtiva y engañosa, que está
diseñada para darte una sacudida mental. Acecharse a si mismo significa darse
una sacudida usando tu propia conducta en una forma astuta y sin compasión.
Tzatza me explicó que
cuando la conciencia de ser del guía se atasca debido a la deslealtad de uno
solo de sus seguidores, lo cual es mi caso en este momento, lo mejor oh tal vez
lo único que podía hacer es usar la idea del abismo consigo mismo para provocar
un sacudimiento mental que es el acecho.
La noción del abismo
y lanzarse a él. Es de monumental importancia en la vida de los guías.-
Continuo Tzatza. Te he hablado oh Atenanco te hablo innumerables veces de
lanzarse al abismo a fin de convencerte de que lo que nos da cordura y
fortaleza es saber que el lanzarse al abismo tiene un fin inevitable. Nuestro
error más costoso es permitirnos no pensar que diariamente vivimos en un
abismo. Es como si creyéramos que al no pensar en el abismo, nos vamos a
proteger de sus efectos.
-Tzatza le dije. Tendrás
que admitir, que dejar de pensar en el abismo ciertamente nos protege de
preocuparnos a cerca del lanzarse al abismo -Si, contestó Tzatza, sirve para
ese propósito –concedió- pero es un propósito indigno como la deslealtad para
con tu maestro oh para con cualquiera, para los guías, es una farsa grotesca. Sin
una visión clara de lo que es. La lealtad. En la deslealtad no hay orden para
los desleales, no hay sobriedad, no hay belleza, los guías se esmeran, se
esfuerzan sin medida por lanzarse al abismo, solo oh acompañado, con el fin de
saber, al nivel más profundo, que no tienen ninguna otra certeza sino la de
lanzarse al abismo, saber esto da a los guías el valor de tener paciencia,
prudencia, perseverancia y constancia, sin dejar de actuar, les da el valor de
acceder, el valor de aceptar todo sin llegar a ser estúpidos, le da valor para
ser astutos sin ser presumidos y, sobre todo, les da valor para no tener
compasión sin entregarse a la falsa personalidad.
Tzatza
me miró, me sonrió y movió la cabeza.
-Si-
continuó-, la idea del abismo es lo único que da valor a los guías. ¿Es
extraño, no? El abismo dándonos valor.
Volvió
a sonreír y cambió de lugar, le dije que cambiaste de sitio, sonrió y me dijo. -Tu problema es muy simple- te obsesionas con facilidad con la guerrera
platicadora, con la guerrera incógnita y con tu adepto irrespetuoso y miedoso.
Atenanco te ha dicho muchísimas veces que los guía se acechan a si mismos para
romper el poder de sus obsesiones, hay muchas formas de acecharse a uno mismo.
Si no quieres usar la idea de lanzarse el abismo, usa el cuarzo y el hilo
rojinegro. Y acéchate con ellos y con alguna poesía de Nezahualcoyotl.- ¿Qué me aceche con ellos? Que quieres decir
Tzatza.
En
Tzompolli te comenté que hay muchas razones por la que me gustan los poemas.
Una de ellas es que me permiten acecharme a mi mismo. Me doy una sacudida con
ellos. Mientras escucho una pesia apago mi dialogo interno y dejo que mi
silencio cobre impulso. Un desleal y un platicador jamás, jamás, podrá apagar
su dialogo interno.
La
combinación del poema, el hilo rojinegro y el cuarzo se transforman en el
procedimiento que descarga el sacudimiento.
Tzatza
me explicó que los poetas, sin saberlo, anhelan el mundo de los guías, como no
son guías, ni están en el camino del conocimiento, lo único que les queda es el
anhelo, el poeta, como un verdadero guerrero, la derroche en los que la
reciben, en los que la aprecian, reteniendo para si tan solo su anhelo. Esa
sacudida, ese impacto de la belleza es el acecho.
Continuará-
Tzompolli-Xictoni.
Cuanacatlauhtli-Xilacayotepetl-
T z a t z a.
: :
-T z o t z o n a-
-22-6-2012-Nuestro más sincero agradecimiento al
CALPULLI NAHUI OLLIN
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